Leyendo el primer capítulo del libro «La sabiduría recobrada – filosofía como terapia» de Mónica Cavallé, se me despierta una interesante cuestión, la utilidad de lo extrínseco versus la de lo intrínseco. En este primer capítulo se abre con la cuestión de que la filosofía es una materia que poco a poco se va desterrando de nuestro sistema educativo por su supuesta inutilidad. Con el paso del tiempo, lo que inicialmente era considerada una fuente de sabiduría se ha ido convirtiendo en algo que trataba cuestiones de la vida de una forma estéril y lejos de la utilidad técnica que nos ofrecen otras materias como la física, la química, las matemáticas o la necesidad del conocimiento tecnológico. En este se habla de la utilidad de lo extrínseco y de lo intrínseco y de ello me voy a valer para hacer este post puramente intrínseco y reflexivo.
Ambas palabras no suelo usarlas en mi vocabulario por ser de aquellas que me generan confusión por no haber comprendido nunca del todo su significado.
Una cosa extrínseca sería aquella que usamos para un fin externo, por ejemplo, un mapa o un martillo. Usamos aquello para conseguir algo y esta cosa puede ser fácilmente reemplazable por otra. He puesto el ejemplo de cosas materiales, pero también podría tratarse de un conocimiento que nos permita realizar un fin externo.
En cambio, una intrínseca es aquella que la hacemos para el fin mismo de la tarea que estamos realizando, por ejemplo el mero hecho de leer un libro (porque si) o ir a dar un paseo sin ningún objetivo fijo (el paseo es el fin mismo).
Al leer la definición y los ejemplos me ha dejado con la siguiente reflexión: «Últimamente, noto que hago las cosas porque tengo que hacerlas, por un fin en concreto y cuando no las estoy haciendo, simplemente hago otras cosas con el único fin de hacer otras cosas distintas a las anteriores para desconectar de estas».
Con la edad adulta nuestra vida se llena de actividades extrínsecas para cumplir con nuestras responsabilidades y obligaciones como adultos que somos, como ir a trabajar para pagar las facturas, atender a los miembros de la familia, atender nuestra salud mental y/o física, etc. y poco a poco, aquellas actividades intrínsecas que hacíamos de pequeños y adolescentes, las vamos abandonando y aquellas que quizás preservamos terminan convirtiéndose en extrínsecas para huir del trabajo y/o la familia. Esto poco a poco nos va convirtiendo en seres grises y monótonos.
Muchos descubren que sus obligaciones y responsabilidades no les llenan y por ello empiezan una vorágine de cambios, abandonando, alejando o cambiando sus trabajos y familias por otros y que terminan en la misma monotonía y vida grisácea.
Soy sincera y me identifico con esto; Me considero afortunada de tener el trabajo que me gusta, que puedo hacer lo que me dé la gana y que mi familia no me toque tanto las narices como antes, es un gran alivio. Sí, me siento tranquila, pero aun así, no me siento llena; debo lidiar día a día con los vaivenes de mis demonios y mi incomodidad; sigo día tras día tratando de localizar qué es aquello que va a ser mi filón (o click, como quieras llamarlo); soy consciente que no deseo más cambios, me aterran, además de que sé que estoy en el sitio correcto y tengo el suficiente poder de decisión de enfocar mi trabajo hacia donde siento que debo hacerlo. Aun así, siento que no puedo estar dando lo mejor de mí. Siento que hay una gran energía dentro y no consigo conectar con ella.
La anterior reflexión me ha conectado con una profunda sensación de cansancio y aborrecimiento y ha hecho que me preguntase de nuevo ¿Dónde se esconde aquella chispa que hacía que lo diese todo por aquello? ¿La que me permitía disfrutar como una niña? ¿La que hacía que todo fuese maravillosamente fácil y divertido?
Respuesta: El enfoque
¿Debería (y deberíamos) de tratar de recobrar aquella intrínsequeidad que teníamos de niños y adolescentes en nuestra vida adulta sin perder de vista las responsabilidades y obligaciones? ¿Debería ser necesario la necesidad de replantearse/dar importancia a nivel global la prioridad/utilidad de lo intrínseco sobre lo extrínseco en varios ámbitos de la vida?
Querido lector, ¿Qué opinas sobre la necesidad de este cambio de enfoque? ¿Lo crees posible?