La técnica del huevo

Aún recuerdo cuando un buen amigo me enseñó esta técnica. Estábamos en la fuente de Can Coromines, conocida también como fuente del hierro de Sant Gegrori. Un lugar muy especial y con una energía muy agradable.

En algunos momentos, aunque estemos bien de salud, nos encontramos que no tenemos suficiente energía, que estamos como cansados o que no tiramos. Puede que nuestro estado se deba a cuestiones emocionales y/o a situaciones de estrés. Estas hacen que nuestro campo energético se debilite y tenga «fugas».

Cuando esto ocurre, podemos recorrer a esta sencilla y potente técnica.

Nos ponemos en un lugar tranquilo y tomamos una actitud introspectiva. Entre nuestras manos imaginamos o sentimos un huevo que simbolizará a nosotros mismos o a la persona la cual le queramos aplicar esta técnica.

Primero, con las manos, vamos recorriendo toda la superficie de la cáscara en busca de agujeros. Cuando encontremos uno, con los dedos girando en sentido horario lo vamos tapando desde el borde hasta el centro, como cuando una abeja cierra con su cera la celda de un panal. Es posible que encontremos grietas también; el proceso será similar pero en este caso, poniendo la intención de sellarla.
Lo repetimos hasta que notemos que no hay ni agujeros ni grietas.

A continuación hacemos una pasada buscando energías densas. Cuando encontremos una, la podemos arrancar como si de una mala hierba se tratase o más recomendable, con la mano en cuchara, hacemos un surco y la extraemos. En ambos casos, una vez extraída la mandamos fuera del huevo, hacia arriba o hacia los lados, nunca dirección a nosotros. También podemos imaginar como la estamos tirando en un cubo. Las energías densas también pesan más que las ligeras, así que es posible que haya una gran acumulación en la parte de abajo.

Tras la extracción, es importante que volvamos a rellenarla con energía nueva y limpia, si no, dejaremos a la persona debilitada y abierta a que vuelvan a entrar energías indeseadas. Para hacerlo, notamos como un haz de luz entra por nuestra coronilla, se dirige a nuestras manos y de ahí dentro del huevo incidiendo en los espacios que hayamos extraído la energía densa.
Hay personas que dan directamente su energía, esto es nada recomendable porque luego son estas las que se debilitan y enferman, además que pueden suceder transferencias indeseadas.

Finalmente con las manos hacemos una última repasada por si nos hemos dejado algo; hacemos un equilibrado de los 10 chakras. Si 10, los 7 en el cuerpo físico y 3 en el cuerpo astral. Yo los llamo los tres Ferrero Rocher, uno dorado, otro plateado y otro translúcido.

Una vez terminados, recogemos toda la energía densa que haya podido quedar esparcida por el espacio y la enviamos a la fuente para que pueda ser transmutada y reutilizada para lo que sea necesario. Con las manos peinamos todo nuestro cuerpo y sobre todo sacudimos nuestras manos a modo de limpieza y cerramos dando las gracias por la asistencia de este acto sagrado.

Como en cualquier técnica de sanación recomiendo observar como se siente tanto la persona como nosotros mismos y a partir de esto vayamos afinando nuestra percepción.

Os animo a dejar en los comentarios vuestra experiencia.