La diferencia entre confianza, confiar y confiarse

Para desarrollar el tema de hoy, voy a partir de uno de los procesos personales más duros a los que me he sometido, crear mi propia Empresa.

El emprendimiento de cualquier proyecto, en sí mismo, es una tarea de crecimiento personal y autoempoderamiento en muchos planos, tanto personal, laboral, como espiritual.

Todo el que emprende un proyecto, parte de una idea y de la necesidad de desarrollarla. Puede ser desde una fumada a una necesidad identificada a cubrir en la sociedad.

Al principio estás lleno de energía, con mucha ilusión y confías en que podrás hacerlo, te confías, sabes que eres capaz; tal como cuando uno aprende a tocar un instrumento, eres torpe y disonante. El peso de las tareas, de las dificultades, de las inexperiencias y de los fracasos acumulados, terminan mermándote la confianza en la viabilidad del proyecto y posiblemente de tus capacidades. Aquel brillante confiarse se vuelve en algo denso y pesado. Te sientes realmente idiota, que no vales para nada, que todo lo invertido ha sido en vano (síndrome del impostor); tu energía se dispersa, te sientes perdido y tu autoconfianza ha quedado sepultada por los problemas.

Ves que no salen los números (economía), que no tienes suficientes clientes (reconocimiento) y no vales (capacidad y experiencia). En este punto debes hacer un acto de humildad y ver en que te has equivocado; debes tomar una decisión, o lo dejas y a otra cosa mariposa, o tratas de poner orden, pedir ayuda si es necesario y te esfuerzas para mejorar a todos los niveles (una gran oportunidad para observarte).

En el punto en el que me encuentro, a cualquier persona que quiera emprender un proyecto con éxito (parto de un proyecto y equipo bastante consolidados, con varios productos que llevan algunos años y otros meses en el mercado), tal como están las cosas, le recomendaría fervientemente que revisase el estado de su economía, la capacidad y experiencia para llevar a cabo el proyecto y el nivel de sanación con todo lo relacionado con el reconocimiento y autoreconocimiento.

Economía
Emprender un proyecto sin un céntimo y sin un apoyo económico “estable”, es un riesgo. Endeudarse o tirar demasiado de la manta, es un error. Para que la cosa fluya, debes emprender tu proyecto lejos de la carencia. Por experiencia, es un enorme derroche de energía que podrías estar destinando al desarrollo sano de tu proyecto.

Capacidad y experiencia
La capacidad, parte de otras experiencias que has tenido. No sabes si eres capaz de hacer algo si antes no lo has intentado y lo más común es que las primeras veces es normal fallar muchas veces hasta que adquieras cierta maestría. Al principio de un aprendizaje te sientes capaz desde una confianza ciega, te confías, pero con el paso del tiempo, fracaso tras fracaso, aparece la desconfianza la cual debes combatir con confianza: confianza en uno mismo, de las herramientas que tienes y el proyecto en sí, y confianza con el resultado. El bálsamo sanador de la capacidad y la experiencia, es haber fallado muchas veces.

spoiler: para terminar con un proyecto de éxito, se requiere ADQUIRIR muchas capacidades y trabajar para tenerlas bien desarrolladas. Formarse de forma multidisciplinar, es un acierto. ¿Qué tal llevas las cuestiones técnicas, organizativas, gestión del tiempo y de toma de decisiones?

Reconocimiento y autoreconocimiento
La tercera pata es la del reconocimiento y autoreconocimiento. Si no eres capaz de autorreconocer y/o autovalorar tu propio trabajo, no serás capaz de recibir el reconocimiento externo para que tu proyecto tenga éxito. El reconocimiento te generará sensaciones internas de confianza y que permitirán confiar en seguir avanzando. Observa de cerca como te manejas con el reconocimiento y el autoreconocimiento. ¿Qué tal te llevas con las heridas de la infancia? ¿Y con la relación con tu entorno?

Como tal la confianza no es más que otra energía que con más o menos conciencia podemos manejar y moldear. Como todas las energías, nos pueden llevar a la cumbre más alta para cumplir nuestros objetivos o ser el veneno para sumirnos en el más oscuro de los pozos del alma. Tenemos que ser capaces de identificar en qué punto se encuentra nuestra confianza tanto en lo interno como en lo externo, saber discernir entre, si se trata de una confianza absurda, ciega y loca o una confianza fundamentada y firme. Tenemos que aprender a interpretar que es lo que nos está diciendo la confianza de nosotros mismos y saber enfocarla para sacarle el máximo partido. La confianza es un indicador, la brújula interior para crear nuestra realidad.

El alma de un proyecto eres tú y tu energía se refleja en el mismo.

Cabecera: Diosa Valquiria (referencia runa vikinga de la confianza EHWAZ)

3 comentarios

  1. Cuando inicié emprendimientos estrictamente comerciales jamás tuve en cuanta NADA de lo que dices y en todos me ha ido mal.
    Si te hubiera leído (o si lo hubieras escrito hace muchos años jajaja) tal vez estaría viajando solo en primera clase, pudiendo descansar en mis vuelos intercontinentales.
    Muy bueno y ojalá lo lea mucha gente que esté por emprender o crear su proyecto.
    Abrazos

  2. Alquimia amiga, ets molt valenta i tens molt de coratge de mantenir i continuar endavant el teu projecte , comparteixo molt avui el que has escrit. Gracies maca

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