Éste sentimiento es uno de los que hace unos años me hizo hacer reflexionar que algo no estaba bien en mi vida y que tenía que atender algo que me estaba carcomiendo por dentro. En aquel momento estaba bastante activa a nivel social, aún estando rodeada de gente y actividades, en algunos momentos, normalmente cuando la actividad cesaba, aparecía una inquietante y profunda sensación de vacío y soledad.
Aquello que me ocurría se reflejaba en un anuncio muy triste que había en el metro de una entidad llamada «Amigos de los Mayores». Aparecía una persona mayor y al lado había un texto que ponía «Nunca pensé que lo peor de hacerse mayor fuera la soledad».
Aquel anuncio me tocó el alma, y cada vez que pasaba por delante de una marquesina se me quebraba un poquito mas mi corazón. Veía y sentía en mi y en personas de mi alrededor esta sensación de vacío y de soledad que lo inunda todo. ¿Esto iba a ir a más?
Somos animales sociales, tenemos la necesidad fisiológica de estar en contacto e interaccionar con otras personas y aún así con el funcionamiento de la sociedad actual, estamos la gran parte del tiempo solos: nos encontramos viajando, comiendo, conviviendo, aprendiendo, fracasando, cumpliendo objetivos, etc. rodeados de gente y aún así estamos SOLOS.
Con lo aprendido y vivido hay cuatro formas de vivir la sensación de soledad (y a menos que tengas una voluntad de hierro, vas saltando de una época a otra a una u otra):
- Tapar
- Resignarse/luchar contra ello
- Aceptar y vivir con ello
- Actuar
1. Tapar
Esta es una forma más común y cobarde de vivir la soledad.
Tenemos a nuestra disposición un tumulto de opciones para apagar nuestra mente y mantenernos dormidos y ajenos a lo que sentimos. Ver la televisión, ver una serie o película, leer un libro, salir a dar una vuelta solo, trabajar, consumir sustancias tóxicas, etc.
Tapar es una extensa, buena e inmediata forma de cerrar los ojos del alma, aunque tiene sus efectos secundarios: tarde o temprano, normalmente con algún suceso en nuestra vida, la sensación se volverá mas fuerte e inevitable de parar; es posible que termine explotando (a menos que decidas vivir como un muerto en vida los días que te resten).
2. Resignarse/luchar contra ello
Cuando con tapar ya no es suficiente, debes enfrentarte a ello. Tanto si lo haces desde la lucha o la resignación, la sensación irá a más.
Tanto lucha como resignación es NO ACEPTAR lo que te está ocurriendo. Esta sensación que inicialmente era como una especie de idea romántica para una vida distinta (y quizás mejor, aunque no asegurado), se intensificará y se transformará en cosas como melancolía, aislamiento, pensamientos auto-destructivos y ansiedad (suelo decir que la sensación de soledad pincha y duele). Si se alarga, con el tiempo terminarás notándola en tu cuerpo en forma de enfermedades que te alejaran de la posibilidad de salir del círculo vicioso.
En los momentos que no puedas mas te refugiarás tapando otra vez o haciendo alguna otra estupidez.
¿Te suenan cosas como?
– Interminables puentes y días festivos solo y encerrado en casa
– No tengo nadie con quien ir a los sitios, no voy
– No quiero ir a este sitio porqué x, y, z, no voy
– Seguro que no le he caído bien a esta persona o grupo de personas, no vuelvo
– No encajo/Molesto/Sobro
– No valgo/No tengo ningún propósito de vida
– Nadie me quiere/No importo
3. Aceptar y vivir con ello
Cuando te encuentras en la vorágine, aceptar es el primer paso para poder mirar cara a cara tu soledad y empezar a aprender de qué forma funciona en ti. Hazte preguntas como ¿Cuáles son las emociones y acciones vinculadas a este sentimiento? ¿Estoy realmente solo? ¿Qué acciones debo tomar para dejar de sentirme así? ¿Realmente quiero esto?
Aceptar significa ser consciente de que la sensación existe y entender que la soledad puede ser también una poderosa herramienta para tu crecimiento personal.
Cuando estamos solos es cuando podemos dialogar con nosotros mismos, cuando no intervienen factores externos que nos hacen tomar decisiones en contra de nuestra voluntad. Aceptar es una buena oportunidad para mirar hacia dentro y descubrir lo que realmente quiere tu alma y localizar tu propósito.
Con lo aprendido, ¿te atreves a dar el siguiente paso?
4. Actuar
Actuar es tomar cartas sobre el asunto. Al aceptar viste lo que alimenta y merma tu soledad. La soledad debe estar, como en todo, en su sano equilibrio.
Actuar es mover ficha para evitar aquellas cosas que hacen que la sensación se dispare y sea dañina para ti. En este paso te equivocarás, te caerás, aún así debes levantarte y volver a intentarlo. Al principio te será exhausto, desearás renunciar, pero si insistes, aquello que te era imposible cada vez te será más fácil y cotidiano. Recuerda siempre tener un ojo hacia ti mismo y hacer las cosas que te hacen sentir cómodo.
Recuerda que:
– Se puede estar solo y sentirse solo.
– Se puede estar solo y no sentirse solo.
– Se puede estar acompañado y sentirse solo.
– Se puede estar acompañado y no sentirse solo.
Todo es sensación y punto de vista. ¿Qué quieres hacer con ello?
«Yo soy tú, como eres yo,
No hay separación » ?
.- Emilio Carrillo