El otro día en una conversación con un cliente salió la frase «las cosas no se cambian con sólo carne y huesos». El contexto de la conversación era sobre la importancia del trabajo que desempeñamos para tratar de construir una sociedad mejor y que es necesario de algo mas grande para que podamos llevar nuestro objetivo adelante (nos habíamos puesto mi interlocutor y yo… algo místicos…). Hoy ha salido de nuevo, en un rinconcito precioso con unas personas preciosas, al que he llegado por el «dejar fluir de la vida» (¡profundamente gracias!): «las cosas no se cambian con sólo carne y huesos». Hoy, el contexto era el de: «estás aquí y debes tratar de localizar tu propósito de vida».
Estamos hartos de verlo escrito por todos lados y nos preguntamos, ¿cuál es pues, el propósito de mi vida?
Al volver a casa me ha retumbado el momento en mi cabeza: una de las formas para llegar a esto que es mas grande que nosotros podemos hacerlo andando el camino del autoconocimiento y la autoconsciencia, descubrir el propósito de nuestras vidas a través de mejorar continuamente (por lo menos según mi entendimiento). Lo que aprendo en mi trabajo, en mi vida personal, en terapias, talleres y retiros, trato de aplicarlo a mi día a día cotidiano. Esta es para mi la base para poder cambiar las cosas.
En un taller de marketing que hice del octubre de 2020 hasta abril de 2021 que por mi sorpresa me encontré que estaba enfocado hacía una visión holística e introspectiva (vamos una terapia de crecimiento personal encubierta lleno de terapeutas dando el curso), te hablaban de dos pilares básicos:
– El primero: mirar hacia atrás y ver tus pasos, ¿qué es aquello que has hecho? ¿qué es aquello que se te da bien? ¿y aquello que haces terriblemente mal? ¿porqué no lo estudias, analizas y recoges información de ahí?, en éste primer bloque también hablaban sobre tu target de personas/público objetivo y ¿qué herramientas y métodos usabas para ir avanzando y solucionar los problemas?.
– El segundo: Esto que proyectas, en lugar de agobiarte, ¿qué tal si lo cortas a trocitos bien pequeñitos y los vas atendiendo en el «presente» uno a uno y uno detrás de otro?.
Me apunté al curso porqué buscaba aumentar mis conocimientos sobre las herramientas que se usaban para hacer marketing y por la parte que mi se me daba terriblemente fatal esto del marketing y llegar/relacionarme con el mundo exterior. Y ahí estaba, en un curso de marketing (con acompañamiento y ejercicios de autodescubrimiento personal y laboral -mezclas-). ¡Me pareció una idea/enfoque magistral!
Me cae fatal el papá pitufo del curso que se ha montado ahí una maquina de hacer cursos con terapeutas con los que te comunicas por un grupo de whatsapp (muy majo el que nos tocó a nuestro grupo), aprender a hacer cuatro fliers, una página web resultona con wordpress, y todo con un plugin de wordpress y cuatro herramientas de más de pago. Y supongo que por esto me cae fatal, ¡es absolutamente bueno en lo suyo! coger lo que sabes, lo pones en 21 sesiones de curso, cobras un precio mas bien bajo, cuatro programillas de por ahí y metodología ford y ¡ala! a fabricar gliders! (todo mas bien poco ético a nivel tecnológico, pero las cosas se suelen hacer por desgracia así, es marketiniano, no hay otra, con unos encajas, con otros no).
Glider: Es el patrón que se desplaza por el tablero del Juego de la vida de John Conway y representa al patrón que se desplaza infinitamente (siendo capaz de llevar información lejos), a la que encuentra un patrón éste siempre se expande y crea una nueva «civilización». Éste es el símbolo que representa a los hackers que siguen la ética hacker y se halla definido en el «Jargon File». Ética hacker y consciencia, suspiro, otro post para otro día 😉
Mirando hacia atrás pues, me di cuenta que me gusta liar jaranas (meterme en problemas y camisas de once varas, también), las cosas funcionan cuando soy capaz de encajar mi lugar en el grupo y liderarlo si es necesario (supongo que voy avanzando), esto de los ordenadores (no soy una crack pero tampoco se me da tan mal del todo), todo lo administrado, todo lo programado, todo lo fracasado y todo lo luchado.
En aquel curso me di cuenta de como se conectaba todo lo ocurrido en mi vida. Aquellos hechos que me habían llevado a lo mas alto de los cielos hasta la mas pudiente ciénaga. ¿Cómo afronté los acontecimientos? ¿Cómo actué/reaccioné? ¿De que herramientas/aprendizajes disponía? ¿Qué aprendí? ¿Cómo cambié las cosas?
Con este actuar puedes tratar de localizar tu propósito de vida. Si aún no lo has encontrado es que no estás en tu sitio ¡baja de la luna!, si observando no ves nada, ¡sale ya de tu zona de comfort YA porfavor! ¡atrévete a mirar hacia dentro y darte cuenta de tu alrededor!, que con sólo carne y hueso no se cambian las cosas (spoiler: ¡se requieren cambios y vienen curvas!). Si lo sabes, coge tus herramientas, conocimientos, lo aprendido, posibilidades, todo lo que puedes aportar: Ármate y úsalo para cambiar las cosas.
« nos habíamos puesto mi interlocutor y yo… algo místicos….» … umh, y si «¿desmitificamos lo místico» ? ¿en una suerte de misticismo popular y de lo cotidiano?.
«el contexto era el de: “estás aquí y debes tratar de localizar tu propósito de vida”.» Será que … ¿el propósito de la vida es encontrar tu don ? ¿el sentido de la vida es donarlo?.
Gracias por recordarnos… ¿que lo único que permanece es el cambio ?! Y si vienen olas, curvas,… líneas del tiempo utópicas y distópicas a la vez, ¿ las surfeamos a lo Conway? … a pesar de las inevitables y estimulantes turbulencias ¿en espiral (siempre) ascendente ?